miércoles, 26 de noviembre de 2008

Y yo que pensé que en la vida no existía, que a nadie le importaba si mi alma estaba vacía. Yo que imaginé que nunca sería feliz, que si antes sonreía no volvería a sonreír. Había pensado en la soledad lastimando mi corazón, yo que anhelaba felicidad y se me negaba esa ilusión. Pero que alegría haberte encontrado en mi camino, tù que despejaste mi vida dándole luz a mi destino. Tù, que sin vergüenzas o temores me entregaste comprensión y cariño haciéndome olvidar tantos errores... tù, que fuiste luz en mi vida, que fuiste amanecer en mi alma devolviéndome la alegría y la calma. Si supieras cuánto te quiero, si supieras del amor que por tí siento, que no bastarían las estrellas del cielo o las arenas de un gran desierto para decirte que mi amor por tì el más infinito y sincero. Gracias por darme tu amor y tu cariño, por darme tranquilidad y llenar mi corazón de alegría, por hacerme las penas olvidar y estar conmigo día a día.

No hay comentarios: